sábado, 22 de julio de 2017

"Deberes, cuando la verdad duele". Por Alfredo Aranda. Publicado en El Periódico Extremadura

  Parece que a Joaquín León, presidente de la FREAPA-CP, le ha molestado que en un artículo que publiqué en este diario, dijera que parece no representar a las asociaciones de padres por cuanto que su intensa campaña de abolición de los deberes no ha sido secundada, como él esperaba, por los padres (ni por los alumnos, ni por los docentes). En la hondura de su disgusto yace, pertinaz, la realidad de los resultados de las encuestas sobre los deberes; que avalan las tareas escolares como necesarias y que, además, muestran con claridad meridiana que los problemas que hay que solventar son otros por mucho que algunos pretendan culpabilizar a los deberes de todos los males.

  Prosigue su discurso asegurando que soy incongruente porque nuestro sindicato se abstuvo en el dictamen final de las recomendaciones, sobre los deberes, del Consejo Escolar. PIDE participó en los debates de la Comisión Permanente y muchas de nuestras demandas aparecieron en el dictamen final, pero no todas las que hubiéramos querido y, congruentemente, nos abstuvimos.


  Desde el inicio estuvimos en contra de los cuestionarios, no del debate; porque considerábamos, y seguimos considerando, que se ponía en tela de juicio la «libertad de cátedra» de los docentes, pero no porque esta sea intocable, como dice Víctor Bermúdez, miembro del Consejo Escolar, de forma jocosa ensimismado en su propio ego filosófico, sino porque lo recoge el artículo 20 de la Constitución.

  Pese al posicionamiento inicial de PIDE decidimos participar en el asunto, dado que pertenecemos a la Comisión Permanente del Consejo Escolar de Extremadura, con la intención de mejorar el documento final (cosa que hemos hecho) y ser testigos de cómo se sucedían los acontecimientos. Con esta actitud, crítica pero constructiva, conseguimos introducir algunas mejoras (no todas lo que hubiéramos deseado), salvaguardar la libertad de cátedra de los docentes y, acto seguido, abstenernos para ser coherentes dada la equidistancia entre nuestra posición inicial y lo conseguido posteriormente. Es así de sencillo y de coherente.

  El representante de la federación de padres considera que no hay ningún problema en evaluar al profesorado. Pero es que las encuestas en cuestión, seamos serios y sinceros, no evaluaban al profesorado, evaluaban la idoneidad de los deberes; tergiversar la verdad tiene poco recorrido y más en cuestiones de este calado.

  Prosigue el presidente de la FREAPA-CP diciendo que ellos quieren que baje la ratio alumno-profesor, que se han manifestado contra la LOMCE y contra las reválidas y que PIDE no ha estado en esa lucha. Es del todo inaceptable que alguien diga, de espaldas a la verdad, semejante cosa. PIDE ha estado luchando contra la LOMCE y contra las reválidas con una contundencia incontestable y de eso los profesores son conscientes.

  Hemos dicho en infinidad de ocasiones que los deberes, mandados en su justa medida y siendo de calidad, no suponen ninguna carga para el niño, más al contrario sirven para asentar conocimientos y crear hábitos de estudio; nada más y nada menos que «conocimientos y hábitos», que son la base fundamental para construir con éxito la vida académica de los alumnos.
Solo al final de su artículo, el dirigente de la FREAPA, acierta en su discurso: es necesario el debate. En eso, sin duda, estamos de acuerdo. Un debate que implique y afecte a toda la comunidad educativa, también a los padres y madres; dado que hay algunos progenitores, pocos espero, que piensan que los niños son de su propiedad y que están exentos de pasar ningún «examen de buena praxis educativa».

  Los padres, madres o tutores legales tienen la responsabilidad, y la obligación (que no es opcional), de educar al niño dentro del respeto, la empatía, el cariño… y cubrir sus necesidades físicas e intelectuales, para que así asuman su responsabilidad para consigo mismo y con los demás. Hay muchos niños, y eso lo sabemos todos, que no tienen un control óptimo por parte de sus padres y esto les puede llevar a sucumbir a influencias negativas. A muchos progenitores les cuesta interactuar con sus hijos y no por falta de tiempo, sino de sintonía con ellos. ¿Quién evalúa a las familias para que cumplan con su parte de responsabilidad? Porque en el cumplimiento de esta responsabilidad, está gran parte del éxito que después los docentes tendrán con los grupos de alumnos. Pues bien, debatámoslo todo, evaluémoslo todo… y no solo a los docentes.

* Vicepresidente de PIDE

sábado, 15 de julio de 2017

"Los deberes, los puntos sobre las íes". Por Alfredo Aranda. Publicado en El Periódico Extremadura

  El despropósito adquirió dimensiones preocupantes. Al principio parecía un disparate puntual, sin más; pero luego no tardó en llegar la alarma cuando determinados dirigentes y activista de algunas organizaciones (pocas, en realidad; pero pertinaces en su cruzada), empezaron a enturbiar el ambiente con reflexiones malintencionadas en contra de los deberes escolares, demonizándolos y culpabilizándolos de todos los males. Sin embargo, el gatuperio con el que querían embarrarlo todo y dividir a la sociedad ha demostrado ser una estrategia torpe: los argumentos engañosos, en ocasiones, se vuelven contra quienes los utilizan.

  Pensar que los males del sistema se espantarían, por arte de magia, eliminando los deberes, es una concepción simplista de la realidad educativa extremeña y demuestra, además, un gran desconocimiento de los verdaderos problemas que afectan a nuestro sistema educativo: falta de inversión, alta tasa de abandono escolar y de repetición, conductas disruptivas en el aula…
   Sin embargo, algunos grupos de presión, consiguieron liar a la Asamblea de Extremadura para que, finalmente, se hiciera una «encuesta-referéndum» sobre los deberes; con la intención de que el resultado de la misma validara su posicionamiento minoritario en contra de los deberes escolares; y así, con el respaldo del desenlace del sondeo, poder completar con éxito su enconada lucha encaminada a proscribir los deberes.

  Sin embargo, los alumnos y los padres, junto con los docentes, han puesto los puntos sobre las íes, han dado una lección a aquellas organizaciones, y a algún que otro francotirador, que querían abolir, a toda costa, los deberes escolares. Y es que el resultado de las encuestas que realizaron alumnos, padres y profesores, a instancias del Consejo Escolar de Extremadura, es claro: un porcentaje alto los dejaría como están, otro porcentaje nada desdeñable los racionalizaría un poco y solo un porcentaje bajo los quitaría; por tanto, nada nuevo bajo el sol.

  Ya dije en múltiples ocasiones, en artículos de prensa y en otros foros, que no hacía falta gastar tiempo y dinero para llegar a una conclusión que era obvia. Los deberes son necesarios y deben ser racionalizados y de calidad, que valgan para construir y asentar conocimientos; y, así, el alumno podrá conciliar la vida escolar y lúdica con naturalidad. Pero los ‘erre que erre’ no se daban por vencidos y querían abolir los deberes, defenestrarlos, guillotinarlos, quemarlos en la plaza pública cual bruja malvada que aterroriza a los niños y les quita la infancia.

  Siempre me sorprendió que las asociaciones de padres quisieran suprimir los deberes; pero no eran las asociaciones, ahora ya lo sabemos, era una cruzada personal del presidente de la FREAPA-CP que, a las pruebas me remito, tiene poca sintonía con las asociaciones, y con los padres, que dice representar.

  En resumidas cuentas: que todo seguirá como hasta ahora; simplemente que desde el comité de expertos, que ha hecho el trabajo previo, y desde el Consejo Escolar de Extremadura, que rematará las conclusiones, se darán una serie de recomendaciones, sobre los deberes, a los docentes que estos valorarán en su justa medida. Pero queda claro que los docentes pueden hacer lo que consideren dentro del ámbito de su competencia y con el aval de su libertad de cátedra.

  Cada grupo de alumnos es diferente, cada alumno dentro del grupo es distinto, cada materia tiene unas necesidades específicas, cada tema de trabajo supone esfuerzos diferentes para asumir sus contenidos… No se puede encorsetar la labor de los docentes, inmiscuirse en sus planteamientos y programaciones.

  Han pretendido monitorizar la actividad de los profesores, decidir cómo tienen que impartir su docencia, menospreciar su implicación y su profesionalidad… pero lo que se ha demostrado es que los docentes, la inmensa mayoría, saben bien qué tienen que hacer en sus clases, cómo tienen que proceder para sacar del alumno el máximo rendimiento. Lo que falta, en realidad, es una mayor implicación de las autoridades educativas dotando de personal y recursos a los centros para que puedan enfrentarse, con garantías, a las dificultades diarias; y una mayor implicación, por añadidura, de toda la comunidad educativa en la educación de los alumnos y, de esta manera, conseguir entre todos las mejoras que el sistema educativo pide a gritos.


* Vicepresidente de PIDE.