miércoles, 19 de octubre de 2016

"La sombra de la Iglesia es alargada", por Alfredo Aranda (vicepresidente del Sindicato PIDE). Publicado en El Periódico Extremadura

Miércoles, 16 de noviembre de 2016. Día frío y nublado. La Agencia Nacional de Meteorología predice que no va a llover, pese a que se avecina una gran tormenta en determinados puntos de la región.
IES ubicado en una zona rural. 8:30 de la mañana. Clase: 4º de ESO. Materia: Biología y Geología. Número de alumnos: 32.  Actividad: “El origen de la vida: la evolución de las especies (Darwin)”. Grado de dificultad: medio-alto. Grado de adoctrinamiento: cero. El profesor considera que es un grave perjuicio para los alumnos no poder desdoblar el grupo.
9:30 de la mañana. Clase: 4º de ESO. Materia: Religión. Número de alumnos: 15. Actividad: “El creacionismo: Adán y Eva, los primeros pobladores”. Grado de dificultad: ínfimo, no tiene. Grado de adoctrinamiento: colosal. Grado de contradicción con la materia anterior: gigantesco.  El profesor considera que es una gran ventaja impartir doctrina a un grupo reducido de alumnos.
¿Por qué la “asignatura” de religión va a gozar del privilegio de una ratio reducida, aunque sea en determinados centros, cuando las asignaturas científicas no tienen la misma consideración? Una de dos, o la Consejería de Educación se ha vuelto loca, o ha sucumbido a las presiones del poder eclesiástico; prefiero la primera opción, porque la segunda nos lleva a un escenario de sumisión del Gobierno de Extremadura ante el “lobby” religioso.  
El privilegio que recibe la asignatura de Religión, cuyas clases podrán tener 15 alumnos o menos cuando sea necesario, es un agravio comparativo con el resto de especialidades, muchas de las cuales han perdido también horas y no se les ha compensado de ninguna manera. Hemos pasado del debate sobre si la religión debe salir de las aulas, a otorgarle el privilegio de la reducción de ratio. Por desgracia la involución es uno de los males del sistema educativo, llevamos siete leyes de educación en 35 años y estamos, prácticamente, en la misma casilla de salida en cuanto a aspectos fundamentales.
La Consejería de Educación ha torcido, y retorcido, la realidad hasta hacerla coincidir con los intereses de la iglesia sin pillarse los dedos, pasando de la primera propuesta que era ilegal (la de compensar su horario con horas ajenas), a la segunda (la del desdoble) que es alegal y, por tanto, difícilmente recurrible por vía judicial. Los intereses espurios de grupos de presión consiguen, nuevamente, doblegar al Gobierno de Extremadura y teledirigirlo hacia decisiones que insultan a todos los docentes que han conseguido su plaza en dura competencia bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad.
Los agrupamientos especiales (ratio baja) se hacen buscando la calidad de enseñanza en asignaturas que lo necesitan por su especial dificultad. Pero en el caso de la enseñanza religiosa no se aplica este criterio, se pretende utilizar este tipo de agrupamientos de forma ilegítima, no para conseguir una mejora en la calidad de enseñanza, sino para contentar a la curia episcopal extremeña.
La excusa que la Administración educativa da para no disminuir la ratio implementando y extendiendo los desdobles en asignaturas científicas, es siempre presupuestaria. Pero en el caso de Religión no han tenido empacho alguno en desdoblar los grupos de alumnos en determinados centros como prueba clara del sometimiento del Gobierno de Extremadura, teóricamente de izquierdas, a las presiones religiosas. Una triste realidad que demuestra poco carácter ideológico y mucha debilidad programática por parte del ejecutivo extremeño.
Decía José Luis Sampedro que “es más libre un librepensador dentro de un calabozo, que el guardia que lo custodia…”. El guardia cumple órdenes, el librepensador no. ¿Cumple órdenes el Gobierno de Extremadura plegándose a los intereses de la iglesia? ¿Cuándo tendremos un gobierno de librepensadores?
Tan poca altura de miras provoca que no avancemos, que estemos estancados en la mediocridad más palmaria. Todas las facilidades para que los niños aprendan a rezar, pero pocas para que aprendan matemáticas, lengua, filosofía… Los responsables de ejecutivo extremeño deberían hacer una profunda reflexión y poner por delante los intereses de la escuela pública por encima de las pretensiones sectarias del poder eclesiástico.
La raíz del problema reside en el concordato con la Santa Sede (1953) y la posterior reforma del mismo en 1979. Dicho acuerdo, además de vulnerar la separación de poder entre la Iglesia y el Estado, fue anterior a la aprobación de la Constitución por lo que todo apunta a su inconstitucionalidad.
Un privilegio vitalicio que se le otorgó a la Iglesia Católica, y que nació del nacionalcatolicismo que vertebraba todos los aspectos de la vida, en la época más oscura que España padeció durante 40 años, y que aún persiste en el ADN de muchos políticos y “lobbys” religiosos nostálgicos que se resisten a despojarse de los últimos rescoldos del pasado.

Alfredo Aranda

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